Saint Anthony se suma a los centros de acogida para inmigrantes dispuestos por la Diócesis de Las Cruces

“Es hora de que nuestra comunidad parroquial haga algo, sabiendo además que pueden sentir la enorme paz interior de hacer la voluntad de Dios”. Es la forma en la que Rafael Castillo, agustino recoleto y párroco de la Parroquia de San Antonio de la localidad de Anthony (Nuevo México, Estados Unidos) ha explicado una de sus últimas acciones en esta comunidad parroquial, dado que en breve se trasladará con nuevas responsabilidades a la comunidad del Priorato San Agustín de los Agustinos Recoletos en Oxnard (California).
“Debemos practicar la caridad haciendo el bien especialmente a quienes más lo necesitan”. Por ello la Parroquia ha adecuado estos días sus salones parroquiales con paneles temporales para poder acoger a familias con niños pequeños que hayan sido liberados por el control de Aduanas e Inmigración en la frontera con México.
Tras estudiar sus antecedentes y condiciones de salud, estas familias reciben unos primeros permisos para entrar en Estados Unidos, pero sus procesos no han terminado y aún deben presentarse ante un juez federal que determinará si reúnen o no los requisitos para el derecho de asilo.
En el asilo parroquial podrán descansar, alimentarse y asearse gracias a las donaciones de la comunidad. El objetivo es que reciban abrigo durante al menos las 24 horas previas a su viaje al destino definitivo.
“Hablamos con sus lugares de destino y proporcionamos los billetes de autobús y el desplazamiento hasta la estación desde la que saldrán a su lugar de destino final”, explica el diácono Leonel Briseño, de la Diócesis de Las Cruces.
Son ya tres las parroquias de la Diócesis de Las Cruces que ofrecen este servicio de acogida. El refugio de San Antonio se abrió ayer 9 de julio.
“Es lo que necesitamos y queremos hacer, el ambiente de caridad necesario para la verdadera fe, religión y espiritualidad: ayudar a quienes más lo necesitan”, concluye el agustino recoleto Rafael Castillo.